julio 31, 2006

El misterioso triángulo de la avenida Azteca.



Para llegar a la casa de mis padres, saliendo de mi trabajo y transitando por avenida Constitución, subo la lateral al puente Azteca, mejor conocido como avenida las Américas, donde muchas veces al paso, el semáforo se encuentra en rojo; hace unas semanas, en espera del cambio a la luz verde, al inicio de la fila en éste puente, se encontraba un camión con caja refrigerada, le seguía un Cavalier y posteriormente, me encontraba yo, no sé si desalojando los recovecos de mi nariz, escuchando alguna canción o que sé yo; casi al acto de habernos detenido el Cavalier y mi pericomóvil, bajó del primero, una mujer con uniforme de enfermera, a quien la conductora del vehículo le hizo señas hacia el suelo, como de que recogiera algo, rápidamente, la enfermera le pasa el objeto, el cual aprecio, es un triángulo anaranjado de los usados en calles y carreteras, para anunciar el desperfecto de algún automotor; efectuado lo anterior, la enfermera camina cual relámpago con rumbo a la carretera Miguel Alemán, mientras el semáforo seguía en rojo y la conductora del Cavalier, feliz, con su nueva adquisición, en tanto yo en mi pensamiento, reflexionaba sobre la urgencia de la misma por poseer un artefacto de tal tipo, lo cual obviamente, la había inclinado a obtenerlo de la manera descrita; todavía sumida en mis pensamientos y ahora francamente pensando, el nivel de ojeterismo que algunas personas poseen para obtener artículos de primera necesidad, como percibí, lo era el dichoso triángulo para la mujer, con la vista hacia el frente, veo como baja el chofer del camioncito primero de la fila, con una jeta que arrastraba al mismísimo suelo, se enfila con la conductora y de una manera no muy amable, le solicita la devolución del triángulo, explicandole a la vez, que su camión se encontraba tirado y por esa razón el artefacto se encontraba en el suelo, (no para que cualquier rapiña se apoderara del mismo, claro), la mujer, de quien imagino en ese momento contaba con una expresión más que estúpida en su rostro, procede a hacer la devolución de su tesoro, gracias a Dios! el semáforo se pone en verde, le saca la vuelta al camioncito y casi saca su pie por el frente de su automóvil, pretendiendo acelerar a cien, cual Ferrari, en menos de tres segundos.
Como podrán imaginar, yo atacada de la risa y viviendo alegremente la pena ajena, reacciono medianamente e intento recuperar la cordura, cuando el sonido de los claxons comienza a escucharse, le saco la vuelta al camioncito y alcanzó a ver al chofer con una cara de super encabronamiento, tratando de echar a andar el vehículo.
Estuve riéndome por buen rato, pensando lo lista que se había visto la mujer, al encontrarse el dichoso triángulo, en el suelo, detrás de un camión, al subir un puente y viniendo de la circulación de Constitución; la verdad, yo no me había percatado que el camión estaba descompuesto, pero creo, de haber visto el triángulo en el suelo, como lo vio la intrépida conductora, antes de intentar llevárselo, me hubiese dado cuenta del problema; es entonces cuando reflexiono: indudablemente cada cabeza es un mundo y definitivamente en señalamientos de tránsito, cada quien ve y entiende lo que quiere.

julio 26, 2006

Alarma!



Cuando era niña, mi madre tenía la costumbre de comprar la revista Alarma!, entre otras lecturas constructivas como "El libro sentimental", "El libro pasional", "El libro semanal", etc; si no recuerdo mal, fue en el año de 1984, cuando ocurrió la explosión de San Juanico, por una fuga de gas en Pemex, ésta tragedia por su magnitud, hizo eco en todos los medios de comunicación, perecieron calcinadas más de quinientas personas; con motivo de tal suceso, tuve mi primer encuentro con tan "fina" publicación. Recuerdo haber visto fotografías de cuerpos totalmente quemados, me impresionó mucho el estado de éstos, tiesos, en posiciones que dejaban claro el modo sorpresivo en el que fueron alcanzados por el fuego; en ese entonces, tuve pesadillas y alucinaciones respecto a esas formas, por más de una semana.
Hoy en día, no soporto ver fotografías de gente fallecida, ya sea en condiciones violentas o derivadas de accidentes; no obstante, aunque ya no leo ese tipo de publicaciones (no se si sigue a la venta), no puedo dejar de leer en los periódicos, las notas relacionadas con tales temas y para colmo, mi trabajo se relaciona al cien por ciento con éste tipo de cuestiones, ironías de la vida.
Por ello, he encontrado una terapia bastante buena, contra la adicción a la lectura de los artículos amarillistas:
Leo los encabezados de un conocido diario de la localidad, famoso por su página 3, ya que tildan las tragedias diarias con frases como:
"Se le sale el niño por atrás"
"Le balean la chompa"
"Hojaldre le hornea volcadura a panadero".
Así, simplemente y con un ligero remordimiento, claro está, por la risa que me provocan tales títulos, me abstengo de enterarme de la noticia completa y espero a que me abrume, llegado su tiempo, una vez en la oficina.

julio 25, 2006

Nadie juega maratón conmigo.


Así es, me gusta mucho jugar al maratón, pero nadie quiere jugar conmigo porque siempre gano. El maratón es un juego que recopila un sinfín de información inservible al alcance de todos pero del interés de pocos. Mi cerebro que es así como un pequeño basurero recopilatorio de datos que a nadie le importan, siempre sabe las respuestas, pues siempre extracta lo inservible. No, no es cultura general, siempre lo digo, la verdad, es una compilación de información clasificada como: "a quien le importa????". Incluso, para hacer el juego un poco más "fácil", adquirí el maratón de las estrellas, el cual contiene temas relacionados con el muy nefasto mundo del espectáculo, es algo así como jugar a "Con todo" o "La oreja", no es cierto, no cae en tan bajo rango, sin embargo mi perico-novio, afirma que a nadie le importa quien fue la primera playmate mexicana, al mismo tiempo que le trato de explicar que solo es un juego y que de eso se trata, de ver quien "sabe" más. Mis amigas también me avientan el jueguito en la jeta cada vez que les propongo una ronda, así que, si usted, amigo, amiga, sabe de lo que le hablo, sabrá como me siento de estar acumulando tanta información y no tener donde desahogarla.
Como sufro!

Aquí estamos.

Pues bueno, he aquí el inicio del Periblog, bautizado así, por el bien ponderado Mokotes, a quien creo, estaré molestando, para hacer mejoras relativas al diseño de éste espacio, pues la habilidad tecnológica de éste Periquillo-leguleyo, es inexistente, de tal manera que ni siquiera sé como linkear otros blogs, ni nada que tenga que ver con cambiar los signos (para mi en chino) que aparecen en la plantilla, según se advierte de las (para mí) muy confusas indicaciones de Blogger, que ya sé, hasta mi sobrinito más pequeño de dos años de edad (pobrino), ya sabrá manejar.
El caso, espero no aburrirlos y a ver si pega!
Bueno, voy por mis "camels".