julio 12, 2007

Senderos de Traición.

Fue por el año 1991, cuando los escuché por primera vez, llegaron a mis oídos casualmente, me encontraba terminando la secundaria y rápidamente los asocié con un chico que extrañamente, aunque no me gustaba ni físicamente ni interiormente, me atraía enormemente, a él, también le agradaban.
Como buena adolescente, contra lo que dictaban la costumbre y las reglas del decoro, me relacioné con dicho ente maligno que me llevaba un buen de años, quien a pesar de que me hizo sentir única en muchas ocasiones, también me causó una gran tristeza, al posicionarse como mi primer decepción amorosa, la cual, juntamente con mi inmadurez de quinceañera, me impulsaban a tirarme a un pozo, afortunadamente, nunca encontré el adecuado.
En ese entonces era una nena bien portada, que no fumaba y no sabía que las penas, con alcohol son menores, canalizaba mi frustración de Viviana (enamorada) mal correspondida, escuchando una y otra vez el mismo cassette: Senderos de Traición, de los Héroes del Silencio.
Conmigo era al contrario del común social, en vez de tratar de desligarme de las cosas que me relacionaban con él, ahí estaba emperrada, haciendo mi cara de enojo al empezar los acordes de “Entre dos tierras”, de desilusión con el “Maldito duende”, de te arrepentirás toda tu vida con “La carta”; cara de soy más maldita que tú, con “Malas intenciones”; pero, al sonar “Hechizo”, se me olvidaba todo y empezaba a disfrutar la rolas, rockeando y agarrando la escoba de guitarra. La verdad es que por mucho tiempo, el álbum en comento, me provocaba unas depresiones tremendas, pues inevitablemente, me hacía recordar lo que creo yo, fue mi primer enamoramiento.
Cabe mencionar, que también esa mala experiencia me trajo cosas buenas, como lo fue, el ponerle en claro al fulanito, lo que había perdido al dejarme ir, para su posterior arrepentimiento, el cual tempranamente aconteció, pero oh! sorpresa, a su regreso, el periquillo había cambiado de plumaje y con la mano en la cintura, se dio el lujo de despreciarlo.
De ahí surgió mi convicción de que a quien se porta mal con uno sin motivo, el tiempo se encarga de ponerlo en su lugar, y esa es la mejor venganza, pues sin mover un dedo, llegado el momento, uno tiene la satisfacción de afirmar con regocijo: “fiuuu, de la que me libré”!.
Al menos yo no me visualizo casada con un policía y con una hija de casi quince años.
Qué cosas!
Mientras tanto, con el paso de los años, aunque se suscitaron otras decepciones amorosas, ninguna marcó tanto mi vida como la primera.
Lo único bueno que me quedó de esto, fueron los mismos Héroes del Silencio, porque también, con el paso de los años, me clavé tanto en sus rolas, que simplemente con gusto las disfrutaba, terminando así, cualquier relación recuerdo-depresiva-amorosa.
Hoy precisamente, al escribir esto, escucho Senderos de Traición y me causaron risa todos los recuerdos que vinieron a mi mente, sobre todo, por como me azoté en su tiempo por esa experiencia.
Mi mayor satisfacción: voy a poder verlos de nuevo en su reencuentro.
Y tu no! Ja!


P.D. Que ardilla, vedá?
Poquis nomás.

julio 08, 2007

Ay!

Ay! mis amables lectores, había yo escrito un post, donde les relataba los pormenores de mi semana de festejos, pero ya saben como se las gasta blogger, fínisimo, como siempre, me borró todo.
Como ya me encabroné, se los debo y los dejo con una bonita melodía, que he traído resonando en mi cabecita loca, desde que por casualidad ví-escuché el video. Hoy en el periódico leí acerca de la susodicha cantante, cuyo nombre es Amy Winehouse, que es una malita y no se qué tantas cosas, yo lo único que sé, es que la rolita me gusta mucho y me sorprendió bastante saber que la Winehouse solo tiene 23 años, pues parece de... mmm unos 37, exagerando un poquito. Lo cual no me extraña nada, de ser cierto lo que leí en el newspaper, que es medio borracha y marihuana. En fin, así se las gastan los artistas.

julio 04, 2007

Nacida el 4 de Julio.


No están ustedes para saberlo, ni yo para contarlo, bueno sí, pues justo eso hago.

El día de hoy amables lectores, este periquillo se encuentra cumpliendo un año más de vida.

He alcanzando las tres décadas.

Con altas y bajas.

Pero seguimos, que es lo importante.


Salud!