marzo 31, 2008

Puro talento.


Como es bien sabido, acá en el norte, nos invade la música grupera, infinidad de conjuntos musicales buscan día a día figurar, unos lo logran otros no, a mí me gustaría que no lo lograran, porque ya son bastantes y la música grupera me da mucha hueva.
Por lo regular, aunque no afirmo que sea una regla, los grupos por acá, y en otros lados también, surgen cuando en una familia existe una vena artística, y varios de sus miembros nacen con el talento musical que por supuesto, se deciden a explotar y conforman su agrupación, buscando por lo regular un nombre que suene agresivo conjugándolo con el lugar de donde los integrantes son oriundos, es decir, en este caso del Norte, verbigracia: “Los chiquitos babys del Norte”, y así, un sinfín de grupos del Norte.
Pero, ¿qué pasa cuando existe un familiar al que la naturaleza le negó su parte de talento?. ¿Qué pasa con ese familiar al que no se le da la gracia de cantar o tocar un instrumento?. Simple, le dan a tocar el güiro, el pandero, las maracas, las claves y todo aquél instrumento que no ose demasiado problema, y aún así, aunque pierdan el ritmo, terminan siendo parte del conjunto musical, saliendo de gira rumbo al estrellato y posando siempre sonrientes y cerrandote un ojito en sus innumerables videos y sesiones fotográficas.
Ése es, amable lector, a quien he denominado el familiar que no quisieron dejar fuera del grupo, puesto que de los veinte miembros que aparecen en escena, obvio que no se iba a quedar uno huerfanito sentando entre el público o cargando los cables del micrófono, a huevo tiene que formar parte y ser miembro del legado musical.
¿Porqué estoy escribiendo al respecto? Porque ayer pasé cerca de media hora viendo videos gruperos, justo que “Fuego en la Sangre” ya que me sirven de comedias involuntarias, y obviamente, en la mayoría de los videos que me chuté, no faltó ese familiar cuya cuasi única gracia es: tocar el güiro, el pandero, las maracas, las claves, cerrarte el ojito, sonreírte y mandarte un beso. Puro talento.

marzo 28, 2008

Gemelos fantásticos.


Hace como dos domingos, estaba leyendo la sección de sociales del periódico, mientras veía las caras de nuestra hermosa sociedad regiomontana, llamó mi atención la fotografía de estudio, de unos niños gemelos, si mal no recuerdo se llamaban Marcelo y Patricio y tenían una cara de pingos, que ni siquiera pudieron ocultar, con todo y los esfuerzos, creo, de los fotógrafos de estudio que siempre tratan de que las fotos que están colgadas en las salas de las casas de nuestros padres, se vean de lo más “naturales”.
Como era domingo, y no tenía nada especial en que gastar mi no tan valioso tiempo, empecé a divagar bien cabrón, con eso del asunto de tener gemelos, y no por el hecho de que todos los gastos son al cuadrado, ni si los niños tienen traumas de adultos, porque los padres los vestían iguales, sino que más bien mis pensamientos se fueron más allá de lo vidente, enfocándose en el hecho de si verdaderamente los papás, cuando son idénticos, pueden reconocer a uno de otro, pues recién nacidos, casi todos los peques son iguales y deformes, es decir, ¿realmente pueden saber si uno es Juanito 1 o Juanito 2, cuando como señas particulares se tiene que uno tiene tres pelos más que el otro?. He escuchado que a veces los propios gemelos se cambian de papel para confundir a la gente, pero quien asegura que ellos no estaban confundidos por sus padres desde bebés y realmente uno es el otro, y entonces de cierto es que uno es el otro y el otro es uno, ¡y nadie lo sabe!. ¡Qué escándalo.!
Como ven, mi cuerpo en reposo y mi mente en reflexión me estaban extenuando, pero con todo y eso, no paró ahí, sino que todavía me vienen al pensamiento, así como flashazos, porque no me acuerdo del todo bien, las caricaturas de los “Gemelos fantásticos” que eran hermano y hermana, y como patiño, un chango idiota, aquéllos que al unir los poderes mágicos de sus anillos, se convertían en cosas por demás ridículas e inverosímiles, que por supuesto, se complementaban a más no poder, por decir, recuerdo vagamente un capítulo donde, quien sabe contra qué luchaban y al acto gritaron algo así como: “Poderes de los anillos de los gemelos fantásticos (todo eso)”, unen sus anillos y la hermana dice: ¡quiero ser una ola de hielo!, luego el hermano dice: ¡yo quiero ser una cubeta!, convirtiéndose en tal; luego de un lapso y de luchar contra no se qué, la hermana se derrite y ahí tienen al buenote del hermano conteniéndola en la tina; ¡eso sí que es complementarse!. Y fin salvan al mundo.
Caí en cuenta que tener un gemelo puede ser chido y no, pero también caí en cuenta que perder el tiempo en pensar todo lo anterior, es síntoma de que tengo mucho trabajo o tengo pedos. Como el no haberme dado cuenta hasta ayer, del hombre embarazado. ¡Zaz!, primero el aire nos lleva y ahora esto, si que se quiere acabar el mundo.

marzo 13, 2008

Post de flojera.

Últimamente, he andado con una flojera bruta. Siempre ando pensado en poner un post, pero luego se me olvida lo que iba escribir. Y la verdad no creo que sea de sumo interés relatar como me divierto viendo el drama telenovelero de los “Tres Cochinitos”, perdón, “Fuego en la Sangre”, que receta Telerisa por las noches, neta que hacía tiempo no veía una comedia involuntaria tan buena y lo mejor de todo, es que comparto unos días las risas con el perinovio, y otros comparto la trama con mi señora madre, que ella si la ve en serio, pero se divierte mucho al oírme con mis risotadas por las situaciones que pasan en la novela. Nada menos ayer me llamó mi “amá”, mientras veía Dr. House con mi cuasi-marido, me preguntó si estaba viendo la novela, le dije que no, y se soltó a platicarme que la Sofía está panzona y me clavé chismeando al respecto por un ratito, el perinovio me lanzaba miradas de incredulidad y apenas colgué, se piturreó de mi un buen rato. Dice que me ando “aseñorando”, la verdad que no, pero me es grato compartir eso con mi madre.
Ayer escuché un comentario machista por parte de uno de los compañeros de trabajo de reciente ingreso, me mordí la lengua para no contestarle como se merecía, porque luego me andan tildando de revoltosa, además de que ya pensando, en el fondo me dio penita ajena, porque es un muchachito de 21 años, que todavía no sabe de la vida y a pesar de haber asegurado que los hombres son más fuertes que las mujeres (sabio descubrimiento que obnubiló mis sentidos porque ni siquiera lo sospechaba, ¿será por eso que necesitan más ingesta calórica y generalmente son más grandes que nosotras las hembritas?) y que ellos tienen mejores puestos en los trabajos, lo perdoné, porque el ocupa el puesto más bajo en el escalafón existente en mi área de trabajo y porque alguna vez yo también hablé a lo pendejo a esa edad.
El tránsito de vehículos cada día es más insoportable y si a eso le sumamos las nosecuantas mil obras que están en construcción, siendo la que más me afecta, la restauración del puente Félix U. Gómez, entonces es que parte de la mañana y parte de la noche ando de mal humor, convenciéndome a mi misma mentalmente de levantarme a las 3 de la madrugada para llegar justa al trabajo, pero a las 6:15 que me levanto, termino por creer que siempre tiendo a la exageración. Me da tanta hueva manejar.
Ya vienen las vacaciones y como otras veces, me quedo a disfrutar alegremente de nuestra solitaria pocas veces ciudad. Es maravilloso andar en las tiendas, plazas y cines sin congestionamientos vehiculares y masas pululando por todos lados.
Y ya no sé que más escribir. ¡Hasta la vista!