mayo 28, 2009

Situaciones que te marcan de por vida.


Ahora que estoy cursando una maestría, me tocó volver a vivir una situación muy parecida a otra que pasé al cursar el primer semestre de la carrera universitaria.
En aquél tiempo me encontraba haciendo la tarea de otra clase, en la catédra de una maestra que casi nadie tomaba en cuenta, por ser su materia de esas que todo mundo tilda de "relleno" y que luego nadie da pie con bola a la hora de hacer un trabajo con requisitos metodológicos de redacción.
No me acuerdo realmente de que se trataba esa clase pues ciertamente no estaba prestando atención, lo cual fue percibido por mi maestra, quien encabronadamente me pregunta: -¿Dónde se pueden encontrar abogados?. Mi respuesta lógica y rápida fue: En la sección amarilla. Lo que provocó que todo el grupo estallara en risas y terminara de cagarse aún más mi maestra, quien me metió una pedorriza reclamándome la poca seriedad de mi respuesta, ya que lo que ella quería escuchar, era que se encontraban en los Tribunales, en la facultad, en los colegios de abogados, etc; para luego correrme del salón para siempre de los siempres y nunca más.
Claro que todo tuvo solución con una disculpa de mi parte, motivo por el cual pude continuar empapándome de su clase.
Al terminar la carrera, todavía muchos de mis compañeros recordaban aquella anécdota y tras atacarse de la risa, se burlaban de mí, por ver lo mucho que me incomodaba recordar aquéllo.
Ahora, tomo una clase con un catedrático cuya intelectualidad raya en el borde de lo obsceno, y por esa misma razón, habla de autores desconocidos, cita libros que no se encuentran en México, y por demás tira pal monte, cada tres o cinco minutos de clase, instruyéndonos sobre los orígenes de la fiebre porcina, despotricando contra los homosexuales, políticos, gobierno; en resumen dice que a él le encanta hablar mal de la gente.
Al inicio del curso, estando absorta yo entre sus bastos y variados temas, no recuerdo porqué me preguntó qué cual era mi carro favorito, le respondí que el Audi TT, y ahora mis compañeros de clase me conocen como "la del Audi", mucho tiene que ver que mi propio maestro en cada clase me hace referencias como "ya sabemos que usted viene por el rugido del Audi", etc, etc.
En la clase pasada me encontraba anotando unas preguntas de la libreta que uno de mis compañeros me había prestado, de rato alguien más se la pidió y simplemente le dijo a esa persona: -La tengo prestada, la del Audi la tiene.
Ya pasé a resignarme a que no me llamen por mi nombre y hacerme otra marquita en mi existencia.
Ojála que algún día tenga la oportunidad de quemarles llanta en mi Audi, cual vil desprecio de perro.

mayo 20, 2009

En el intento.


A veces vienen a mi mente aquéllos tiempos, sobre todo por las noches, cuando éstas son frescas y agradables, como ha sucedido en los últimos días, luego de que llueve.
Tu recuerdo invade mi pensamiento, ahí estás y nunca he intentado olvidarte.
Sigues estando, pero de una forma distinta.
Los días, las tardes, las noches que me compartiste, nuestros días en la playa.
Aunque no me arrepiento de nada, algunas veces he llegado a creer que si no hubiese sucedido aquéllo que juré no decir a nadie y no volvértelo a mencionar nunca más, lo cual conservé por mucho tiempo, y cumplí medianamente, porque aunque terminé contándolo a alguien más por desahogo, por enojo o por lo que sea, a ti jamás te lo referí bajo ninguna circunstancia; mantendríamos una cercanía más constante.
No de cada dos meses o tres.
Pero otras veces pienso que ese distanciamiento es obvio, después de tantos años de conocer a alguien.
De hecho, ahora creo que la mejor manera de conservar a tus mejores amigos estriba en guardar distancia, para el día que por fin las labores y tareas diarias te dan un respiro y permiten coincidir con ellos, los recibas con gusto, cariño y disposición de pasarlo bien.
La última vez que te ví, dentro de mí resurgió la necesidad de ese cariño especial que te tuve por muchos años, la diferencia es que ahora no te lo dije, guardé mi sentimiento y lo disfruté, observando lo feliz que te veías.
Ese cariño especial que no crea confusiones, el que por muchos años nos hizo cómplices de tantas cosas y que a veces vuelve cuando escucho ciertas canciones...

mayo 11, 2009

De perros.


Creo que lo he mencionado varias veces, y lo repito: No hay nada en este mundo que pueda romperme el alma tanto como ver a un perro abandonado o en situaciones de peligro. Me parte la madre, porque me frustra mucho el no poder pararme a auxiliarlos o recogerlos.
Hoy en el trayecto al trabajo vi tres perros, el primero se encontraba afuera de un negocio de materiales, tenía completamente quebradas las patitas traseras y se notaba que desde hace mucho, porque las tenía deformes, como quiera el animalito se arrastraba impulsándose con sus patas delanteras.
Nudo en la garganta.
Después, vi a un cachorrito como de tres meses, deambulando muy cerca de López Mateos y ya para rematar, por Morones Prieto, a la altura del puente Zaragoza, un perrito asoleado y echado en el camellón central de la avenida.
A éste último lo reporté a la Asociación Protectora de Animales, pero cuando fueron por el no pudieron encontrarlo.
:(
He pensado muy seriamente al jubilarme, dedicarme al cuidado y protección de los animales.
No sé que se necesita para que aquí en México se les dé la importancia debida al cuidado de los animales, sobra decir de lo mucho que son protegidos en USA; y podrán pensar que pues hay muchas otras cosas que atender y qué tienen prioridad, como la pobreza, la orfandad de los menores, el maltrato a las mujeres, etc, pero yo solo pienso: los animales, ¿cuándo?.
Que triste.
Por eso admiro mucho a la gente que ama a sus mascotas y les proporciona los cuidados necesarios.
Me cuento como una de ellos.
Con tres perros y dos agapornis. Y lo que se acumule durante el transcurso de mi vida.
La foto la tomé de un artículo del Norte, respecto a una monje budista que vino a la Ciudad, la cual ofició un servicio para bendecir a las mascotas.
Aunque no soy muy religiosa que digamos, me enterneció sobremanera el hecho.
Mínimo alguien los toma en cuenta.

mayo 08, 2009

Soñé un sueño (pero no el de Susan Boyle).


Este post debía de titularse "Las claras señales de que tienes que despertarte para ir al baño", pero extrañamente, cuando me desperté precisamente para ir al baño, se me vino a la mente eso de "soñé un sueño", no sé porqué.

Soñaba que me encontraba en una reunión familiar, creo en un centro recreativo al que ibamos con frecuencia, de repente sentí la imperiosa necesidad de descargar las aguas y al llegar a los sanitarios, me doy cuenta de que uno no tenía puerta, otro se encontraba hasta la madre de sucio y el tercero estaba clausurado; histérica, salgo y les empiezo a decir a mis acompañantes que los baños estaban hediondísimos y que ya no era lo mismo que antes.

Empecé un recorrido que me llevó por lugares insospechados en la busca frenética de un baño, fui experta en artes marciales, volé por varias ciudades, rechacé varias propuestas indecorosas por que me andaba del baño, imploré y maté por conseguir terminar con mi necesidad, pero no, el lugar indicado nunca se mostró.
No hubo un solo lugar donde se pudiera, todo era sucio, cerrado, quebrado, maloliente, zurrado...
No hubo ni un solo baño.
Fue cuando me desperté y me di cuenta que estaba a punto de reventar, y me levanté corriendo al baño.
Entonces recordé aquélla vez en que en mi niñez, me desperté teniendo que meterme a bañar, mientras oía los gritos de mi madre: De castigo vas a lavar tus sábanas!
Que injusticia!, me castigó porqué en ese sueño si pude encontrar el lugar perfecto para descansar en paz.

Así que si soñando tienes ganas de haces tus necesidades fisiológicas, es mejor que no encuentres donde y que en la desesperación te despiertes!!!!!.


Bueno, después de este bodrio de post, les presentó a mis nuevos inquilinos:
La amarilla es Libertad y el azul es Felipe.

Se supone que la foto debería de ir aquí abajo, pero no se como chingados hacerle!

mayo 07, 2009

Me acordé de Tohuí (y de otras cosas).

Cada vez que quiero retomar el ritmo del blog, nomás no me viene nada a la mente para contar.
El perinovio me insiste en que siga escribiendo, dice que puedo contar de mis nuevos inquilinos, poner una foto de los mismos, de como me ha ido en las clases de música, de lo mucho que ha mejorado mi estado de ánimo, de la influenza, de equis cosas, pero a mí, no se porqué no se me da la gana escribir.
Antes mínimo buscaba publicar algo cada mes, para que así el archivo se mantuviera al corriente con el año, y no quiero llegar al extremo de decir, cierro el blog, porque no, no es mi intención y no quiero cerrarlo.
Creo que es mejor esperar a que de nuevo fluya cualquier idiotez que se me ocurra y escribirla, porque pues así como que mi blog es muy de miscelánea, un poco de todo y de nada.
Tengo escritos que hice desde que estaba en prepa y a lo largo de mi carrera universitaria, pero la verdad, aunque algunos me gustan mucho, otros me dan vergüencita y por ende, siguen guardados en el bául de los recuerdos.
Además, no quiero que este cuchitril tome el rango de poético, que no tiene nada de malo, pero no es el estilo, si es que algo de estilo hay.
Ayer me enteré que La Flaca cerraba su blog y me entristeció un poco, porque reía mucho con sus ocurrencias y su vida familiar, pero pues lo entiendo, porque yo también sufro de "increatividad".
Sigo volando por ahí de los blogs de siempre, en su mayoría los que están dentro de mis links, y para entrenerme pincho los links de otros blogueros y así voy con la cadenita.
Y pues ni modo que escriba de la influenza, porque es un tema pasadísimo de moda y a parte creo que fue puro cuento.
Ayer me acordé de Tohuí, de la osita panda de Chapultepec, y hoy fui muy triste al saber que llevaba muerta un buen de años, y que ni por enterada me dí.
La recordé porque estaba viendo animal planet, y en los cortes promocionales, salió el del programa pandamonio, que carismáticos son esos animales!, hasta me dan ganas de tener dos en casa.
Estuve viendo un reality sobre peluqueros caninos, que creo empezó ayer mismo, no recuerdo el título, pero a los que les gustan mucho los canes, como a su servidora, les va a encantar, pasa los miércoles a las 10:00 de la noche, se los recomiendo.
Ya para acabar, me sorprendió bastante, la buena suerte (dentro de su mala suerte), de la señora que al caminar por el Centro de la Ciudad, fue atravesada por una varilla, y sobre todo de leer eso de que todavía se comunicó con su esposo para encargar a sus niñas, la calma con la que tomó las cosas y la pronta recuperación que le auguraron desde un principio. Definitivamente no era su momento, y me emocioné como una idiota y me dio mucho gusto. Y no, no ando reglosa, pero me he vuelto un tanto sensible.
Aclarando: sensible (no idiota).
Fin.
P.D. Saludos a todos!



La rola me gusta mucho, aunque sea tristona.