enero 23, 2010

La música que no sabes que existe.

La semana pasada una amiga mía dio a luz a un varón. Por complicaciones con el parto, el bebé tuvo que quedarse en incubadora; mi amiga, conociendome de tanto tiempo y a sabiendas de que soy una melómana de hueso colorado, me pidió de favor que le rellenara un ipod con canciones de estimulación musical para bebés.
Cuando me dijo esto, obviamente me quedé con cara de what, porque desconocía que existía dicho género.
Vaya, sé que muchos padres primerizos les ponen música a sus retoños durante el embarazo y hasta antes de nacer, pero siempre creí que cada persona les ponía el género que les parecía más apropiado.
Por decir, mi hermano le variaba desde jazz, clásica, new age y un poco de rock.
Los cd´s que me dio no son más que covers de diversas canciones de música clásica, pero con un toque más moderno y obvio infantil, tirándole al chill out, predominantemente instrumentales, aunque en algunas se escuchan balbuceos.
Ya tengo 32 años y vaya que no está en mis planes tener hijos.
Será que por eso me estoy perdiendo de algo único?
Todos los días se aprende algo nuevo. Definitivamente.
Un dato más para mi biblioteca de datos inútiles.

enero 14, 2010

Sueño loco.


La semana pasada soñé que conocía a un chico muy guapo, se llamaba Danilo. Inmediatamente hubo una química tremenda entre nosotros, nos convertimos en inseparables, de pronto comenzó a visitarme en la casa, andabamos juntos para todos lados, salíamos al cine, a cenar. Con todo y eso, yo no podía descifrar si el interés que mostraba en mí era amistoso o amoroso, ya que el tipo era de una guapura semejante a la del William Levy, exquisito pues, y no que yo me sintiera fea, pero al menos sabía de mis alcances y limitaciones. No pasó mucho tiempo para caer en cuenta que efectivamente andaba tras de mis huesitos, pues empezaron los juegos de villanos, los ji-ji-ji, ja-ja-ja, te pico la lonja, manita de puerco y esas bobadas que uno hace cuando quiere proximidad física sin que se note la desesperación. Mis amigas (malas leches) no daban crédito y cada rato me decían que ni me ilusionara tanto, pues en cualquier momento me dejaría por otra chica "más" linda igual yo no les hacía caso, pero les perdonaba su envidia porque señalaron: una chica más linda.

Al tiempo de hacerse un bonito noviazgo telenovelero entre Danilo y yo, con flores incluídas y repetidos "no puedo vivir sin tí" de su parte, sucesos extraños empezaron a acaecer a mi alrededor: un pajarote, tipo terodáctilo pero con plumas multicolores, parecida al ave que quería cazar no se quién en la película de Up, se posaba diariamente en el techo de mi casa, en una ocasión, las plumas de su cola bajaban por el pasillo de la casa, a lo que yo osé a jalarlas, emprendiendo el vuelo el pajarraco, mientras yo me asustaba con la ventisca que se hacía con sus enormes alas. Ya mi mamá estaba más que espantada, pues día tras día el animalejo hacia guardia no se para qué. A la vez, bolsas de pan, como cuando uno va y compra los bolillos en Soriana o la tienda de su conveniencia, se aparecían muy seguido en la banqueta de mi casa; mi mamá y yo nos dabamos cuenta, porque la gente se estaba empezando a robar las bolsas y cada vez más y más personas estaban afuera esperando su panecito.
La relación con Danilo iba viento en popa, en casa toda mi familia lo adoraba, el hombre verdaderamente era un amor, y pues yo estaba embelesada.
Mientras el pájaro seguía en el techo y el pan en la banqueta, Danilo un día me dijo que tendría que salir de viaje, pero que haria todo lo posible por no tardarse, pues no podía estar mucho tiempo sin mí, (aquí hago un paréntesis para acotar, que los fajes en el sueño con Danilo eran fantásticos y no lo podía dejar de largo, jajajaja).
Al cabo de unos días, en las noticias empieza a circular que (por fin) alienígenas se habían hecho presentes en el planeta y se encontraban en forma humana por todos lados, siendo su mayor interés en la tierra, el de la procreación.
De ahí, no sé porque, caí en cuenta que Danilo era demasiado guapo para mí y que su interés amoroso no podía ser genuino, así que empecé a sospechar de su actitud y el día en que iba a salir de viaje, por la mañana me visitaba mi hermano y me decía que Danilo era un alien y que lo único que quería de mi era que le diera un hijo.
¿Cómo se enteró mi hermano? Lo desconozco, pero pues es un sueño, no nos olvidemos.
En mi decepción amorosa y yo envuelta en llanto y dando credibilidad a las palabras de mi hermano, le llamó a Danilo y le pido que antes de que parta pasé por la casa porque tenía algo que decirle, y el todo lindo llegaba de rato con un ramo de rosas para darme; no obstante yo en mi irritante decepción amorosa y una vez de haber dado total crédito a las palabras de mi hermano, sumado a las noticias de los aliens, enfrento a Danilo y le atascó lo sabido.
Apenas me escucha su semblante cambia, y de ser el guapísimo William Levy, pasa a ser el viejito alien que salía en el programa de la Tercera Roca del Sol, ¿porqué?, no sé, pero no olvidemos otra vez que es un sueño (aunque pensandolo bien hubiera estado chido que se convirtiera en un alien como los de Sector 9), pero igual mi sueño no estaba tan deschavetado, porque ese viejito en el programa, era una alien.
Total que me informa que efectivamente, lo que quería de mi era un retoño, que para mi sorpresa no sería un bebé concebido y traído al mundo de manera humana, sino que yo tendría un huevo, que sería criado por el pajarote que estaba en el techo de la casa y sería alimentado con el pan que aparecía en la banqueta de la casa. Zaz!
Así que en mi encabronamiento, yo mandaba al Danilo ahora viejito allá hasta donde ustedes saben que es lo más feo, donde se puede mandar a alguien, o bueno a la porra, y el Danilo rompía en llanto, y se iba como el chavo del 8, cuando abandonaba la vecindad, a lo que yo me quedaba viéndolo por la ventana de mi casa hasta que se perdía.
De rato escuchaba el aleteo del pajarraco y luego que me tocaban como con una punta en la ventana de la casa, y al asomarme me doy cuenta que era el pajarote, que con el pico había tocado y con su alita derecha me hacía una seña muy parecida a cuando te pintan el dedo medio de la mano y se iba volando rápidamente.

En eso...desperté.