marzo 26, 2010

Infinito.

Hoy parece ser un buen viernes. Y si no lo es, yo haré todo lo posible para que así sea. Hoy salgo de vacaciones, tendré una semana libre, pero estaré aquí en la ciudad, pues con motivo de los ajustes que se le han hecho a mi nuevo hogar, prácticamente, ando en calzones y descalza.
Empezando la semana, me topé con un excompañero de trabajo con el que de prinicipio me llevaba muy bien, estuvo a mi cargo un buen de rato, pero por cuestiones de líos que viví con anterioridad, aunado a los chismes de unas gordas que trabajaban aquí (gracias Dios que se fueron, ahora este lugar es más espacioso), yo malamente empecé a portarme mala onda con él, cuando siempre fue un caballero conmigo. Aparte de ser de esos hombres que tienen un niño por dentro, por ende, siempre anda de buen humor.
El caso es que le ofrecí una disculpa por mi comportamiento, misma que fue aceptada.
Me he empeñado en desafectar a personas del pasado, con las cuales por chiflazones mías, originé roces. No para tener una gran amistad, obvio, pero siquiera para no ver caras largas por todos lados, jajajaja.
En este momento puedo decir que me encuentro bien. Muchas cosas cambiaron, pero creeo que para bien.
Ya no tengo amistades tormentosas ni aprehensivas. Ya no estoy obligada a nada que no quiera, con nadie.
Ya puedo vivir tranquilamente, sin preocuparme del que dirán. Al contrario, que hablen de mí es el incentivo que me hace querer ser mejor día a día, porqué al seguir yo, hace que el abismo que he creado se haga cada vez más grande; sé que llegará el día en que se vuelva infinito.
Y que hablen de mí también significa, que no he dejado de atormentar gente.
Eso es lo que más me divierte.

marzo 11, 2010

Haciéndome güeya. (Y batallo).

Aprovechando que no está el terror de ésta su oficina de ahora y siempre, o sea, mi jefe y el de todas las almas pensantes con quienes lo comparto y a veces lo sufro en condominio, me tomé las ganas de escribir unas cuántas líneas, ¿de qué?, no sé, ¿porqué?, quien sabe!, solo las ganas de teclear y decir nada nuevamente.
En la mañana venía platicando con el perinovio, acerca de que me gusta mucho Coldplay, pero que no me llama nada el irlos a ver en vivo, tal vez porque siempre bailan las calmadas, o sea, tienen pocas rolas prendedoras, así que creo que van a tocar la de Viva la Vida como siete veces en todo el concierto, para que la gente no se aburra, jajajaja.
Claro que estoy jugando, tienen canciones que me gustan mucho, pero todas son muy tranquilas, "baladas" como diría el perinovio, quien cuando escucha la de Unforgiven de Metallica, la de Gateway car de Audioslave y así un sin fin, dice que esas son las baladas.
Por cierto, hablando de artisteada, no sé que pasa con Bunbury, o no sé si sea yo, pero sus dos últimos discos no me han gustado nada. Lo escucho y siento que es el Arjona underground. Lo mismo me pasó con la Fuerza Natural de Cerati, pero mínimo ese, con varias oídas tuve para agarrarle cierto gusto, aunque siguen siendo mis favoritos Bocanada y Siempre es Hoy.
Hasta ahora el concierto que más me ha gustado de todos a los que he ido, sigue siendo el de los Fabulosos Cadillacs, me divertí tanto, su show es ideal para embriagarse, canturrear y bailar a lo pendejo, olvidándote de las preocupaciones por un buen rato.
Me arrepentí mucho de no haber ido a lo de Metallica, como lo dije en twitter, al día siguiente que vi las notas, casi me ahorcaba yo solita, pero sigo con la misma idea. me incomoda mucho el estadio Universitario, nunca me ha gustado y nunca me gustará, y para eso influyó mucho, la primera vez que fui a tal lugar: Corría el año de 1995, cursaba el primer semestre de la ilustre carrera de Derecho, cuando en el corredor afuera del salón donde tomaba mis clases, uno de mis compañeros del que recuerdo se apellidaba Buenrostro, se me acercó a lo mejor con la idea de sacarme de mi seriedad y mi poca sociabilidad e indeferencia hacia mis compañeros, me invitó a un juego de Tigres, le expliqué que me súper cagaba el soccer, pero me dijo que me olvidara del juego, que era para hacer desmadre solamente, que le caía bien y me patrocinaba mi entrada; me insistió tanto que terminé por aceptar y ya estando en el "volcán", como le llaman a ese agujero, pasó esto: Empiezan a aventar los balones que patean antes de iniciar el juego, entonces, uno de mis compañeros que por lo visto nunca tuvo un balón de fut en su infancia, se lanzó por una pelota que venía directo hacia mi, como si tratase de parar un tiro a gol, a la vez un tipo gordo que se encontraba atrás de mí, intentó hacer lo mismo, así que me aventaron hacia las gradas de adelante y me golpeé con los asientos a la altura de las espinillas, se me hicieron unas bolas enormes, mismas que duraron inflamadas y moradas más de un mes, el dolor que sentí por todo ese tiempo, ciertamente es indecible.
De ahí hasta ahora, ese estadio es mi enemigo público número 1.
Y por eso, me rehúso a siquiera pisarlo de nuevo.