abril 20, 2010

Asnos, señor, asnos.

Ayer en la mañana cuando me trasladaba a la oficina, tuve un pequeño percance en Morones Prieto, a la altura de Palacio Federal: Estaba detenida, por aquello del tránsito a vuelta de rueda por la mañana, esperando que la fila avanzara, cuando veo que el carro de delante mío, comienza a echarse hacia atrás en claro aviso de que se había matado, acciono el claxón y nada, el auto viene a frenarse en el frente de mi vehículo por fin.
Cual persona civilizada, enciendo mis intermitentes y me dispongo a que el conductor de delante haga lo mismo, pero cual es mi sorpresa que éste ya se disponía a irse. Obviamente me encabroné, bajo de mi vehículo y lo alcanzo, preguntandole que qué pasaba, que si no se daba cuenta de que me había pegado.
El troglodita me responde, palabras más, palabras menos: -Es tu culpa, debiste haberte quitado si estás viendo que mi carro se apagó.
En ese momento no supe si reír, llorar, estirarme los pelos o darle un beso, como factor sorpresa.
Me encabrono súper más, y nomás por mis huevos, lo hago que se baje de su auto y se le empiezo a hacer de pleito, el señor venía con su hija, de unos 25 años, la cual solo me miraba con ojos de "vieja argüendera", lo cual me valió pura reatona, por la actitud del señor.
Aclaro que con un disculpe, simple, lo hubiera dejado ir, pero me molestó mucho, que me culpara a mi por un accidente por demás estúpido.
La fasia de mi vehículo se desprendió un poco de un lado, se le soltaron como dos tornillos, y aún así no considere hablar al seguro, por lo poco que representaba y por no perder el tiempo a esa hora de la mañana, pues bien saben como estaban los demás conductores rayándonos la madre a cada rato.
El señor aferrado con que yo había tenido la culpa y yo más y más me enojaba, hasta que me dice, se lo arreglo, no hay problema, es caso de ponerle dos tornillos. Le dije que estaba bien al final de cuentas me pidió mi teléfono y yo le pedí sus datos en atención, porque ya lo que quería era irme.
No pasó ni media mañana, cuando se comunica la hija, y me dice que quiere arreglar lo del percance, me parece raro, pero le digo que está bien, que si su papá me va a poner los tornillos, y me dice que no, que ya le habló al seguro y que quiere que nos veamos.
Le digo que si está segura, pues ambos nos fuimos del lugar del accidente, y hasta donde yo entendía, su papá era el responsable.
Me contestó que sí, que era la mejor manera de arreglar las cosas, porque no quería problemas futuros. Durante el transcurso del día me habló varias veces, y no sé si yo estoy loca o qué, pero todas esas veces yo entendía que se hacía responsable de mi leve daño. Debo decir que su vehículo no traía desperfecto alguno, contrario a mi fasia, que aunado a otros choquecillos que había tenido con anterioridad, no se encontraba en la mejor de las condiciones.
Me habló tantas veces la mujer, que a punto estuve de decirle que se olvidara y no perdiéramos tiempo.
Hoy en la mañana llego a la oficina y me avisa la secretaria de mi jefe que me ha estado marcando "la hija del señor, del percance del carro", jajajaja, así se anunció y me da un telefóno celular.
Otra vez me parece rara la insistencia, que me comunico y me dice que el seguro nos va a ver a las 10, afuera de mi oficina, entonces le preguntó que qué es lo que trae en mente, ya yo sospechando que la mujer como que pretendía culparme por el choque, y me dice que lo único que quiere es arreglar, para evitarse problemas futuros; entiendo yo de nuevo que me van a arreglar mi leve daño no sin antes decirle que no era para tanto, pero ahí voy a ver que.
Bajo y veo a la chica con el ajustador, me acercó y por la cara que tiene, caigo en cuenta de que nada bueno venía.
Aquí hago un paréntesis para decir, que ayer acudí a un centro Telcel, y una vez que me estaban atendiendo, al lado de la ventanilla donde yo estaba, la estaba haciendo de bronca un cliente porque Telcel lo había estafado con las fichas de tiempo aire diferido, se puso tan pesado y subió tanto el tono, que paralizó todo Telcel, TODOS, empleados, clientes, limpieza, TODOS lo estabamos viendo, y ante ello, me prometí que de ahí en adelante, guardaría la compostura lo más posible ante eventos desafortunados donde el universo se empeñara en hacerme enojar.
Prosigo: La chica le decía al ajustador, que yo le había pegado a su carro cuando a ella se le había matado el carro, que ellos estaban detenidos y que yo llegué y les dí el golpe.
El ajustador la observó con una cara extraña, y acto seguido me interrogó a mi, le dije con toda calma que al padre de la señorita se le había matado el carro y como estabamos en pendiente ascendiente, el carro se vino hacia atrás y me colisionó.
El ajustador entonces le pregunta que porque no le había dicho que conducía otra persona, pero en eso llega el señor padre de la mujer y empieza a decir que yo había tenido la culpa.
El ajustador nos da una hoja de manifestación a los dos, pero el señor cavernícola viene conmigo para hacermela de bronca, y decirme que si ya estoy a gusto de que por mi culpa se esté perdiendo tanto tiempo.
Otra vez respiro profundo y le contestó que no pienso discutir con él y que si estamos ahí es porque su hija le llamó al seguro, cuando en eso la pasmada señorita me dice que no es justo que ella tenga que pagar por ponerme los tornillos que necesita mi fasia.
A la madre! Pensé. El ajustador le explica que el creyó que si nos habíamos ido del lugar del incidente, era porque alguna de las partes ya se había hecho responsable, y la señorita le dice que no, que para eso le llamó, que el era quien tenía que determinarlo, pero ya el pobre ajustador hastiado, le explica que eso no puede ser, simple y sencillamente porque el no estuvo en el lugar.
El ajustador se dispone pues a sacar fotos de los vehículos, y lo hace primero con el vehículo de mis contrapartes, allá va el troglodita tras de el y empieza a manotear y hablar y hablar y hablar.
Me acercó para ver que ocurre y el ajustador le explicaba que si aceptaba la responsabilidad que no tendría que pagar NADA, que el seguro se haría cargo, pero el señor insistía en que yo había tenido la culpa y en eso su pasmada hija me dice que ellos porque tienen que pagar.
Hazme el favor, ya yo un poco exasperada le digo a la chica: -Mira, creo que no estás entendiendo, ya el ajustador está diciendo que no vas a pagar nada, no entiendo tu problema.
-La pérdida de tiempo!, me espeta. Le contesto: TÚ LE HABLASTE AL SEGURO! Y vuelve a insistir que fue porque no era justo que ella pagara.
En eso el troglodita regresa conmigo y me dice que mi daño solo es una niñería, y le digo que sí, justa al valor de mi vehículo y lo ignoro.
Va de nuevo con el ajustador y le dice que se hará responsable: Aleluya hermanos!
Rápidamente el ajustador le dice que entonces se retire, que ya no tiene nada más que hablar con el, pues su carro no tiene daños aparentes.
Mientras que me daba la orden de reparación, el ajustador me explicó que se inclinó más por negociar con el señor, porque no le parecía lógico lo que le explicaba y lo que yo le expliqué era del todo coherente, además de que decía estar muy sacado de onda, porque la chica se comunicó con el, haciéndole creer que el accidente recién había acontenido.
Me dice, -Son mis nervios o entendí que usted ya no quería nada. A lo que le digo: La señorita fue la que me estuvo buscando, yo ni siquiera tenía intención de llamarles, mi daño es una tontería, pero todo el tiempo entendí que QUERÍA REPARARME MI VEHÍCULO.
¿Quién se negaría a eso?