Para fiestas y posadas.

Otro año que está por terminar, conforme brinqué los veinte años y hasta ahora, el tiempo se me ha pasado volando.

Estamos a poco tiempo de iniciar las tradicionales posadas y demás celebraciones decembrinas, también todas las chingaderas que estos eventos conlleva.

Primero: Ya comenzó en mi oficina, el jueguito mamón de "el amigo secreto", preámbulo al intercambio de regalos que se hace entre los compañeros, donde se realiza una lista de tres posibles cosas que quieras que te regalen y que por supuesto tu enemigo indiscreto se pasa por el arco del triunfo, porque al final de cuentas, te da cualquier cosa, menos alguna de las tres que pediste.

No es que no me guste éste rollo, solo es que después de nueve años, trabajando donde mismo, llega a ser aburrido, además, a la hora en que se hace el intercambio, ya todo mundo sabe quien le regala a quien, como en mi caso, que la marca de chocolates que me deja mi amigo secreto, ha sido su delator, ya todo el mundo sabe que es mi jefe y ya todo el mundo se ha burlado de mí, porque religiosamente, dos veces a la semana, dejará un chocolate.

Segundo: Tengo la fortuna o el infortunio en su caso, de trabajar en el Centro de la Ciudad, mi rumbo cotidiano a la hora de salida, es la calle Zaragoza, así que dentro de unos días, padeceré todas y cada una de las peregrinaciones habidas y por haber, aunado al pinche susto de los cohetes que encienden, que juro la primera vez que los escuché, afirmé que eran balazos.

Tercero: Soy la única soltera en mi casa, así que como cada año, escucharé los lamentos de mi mamá, diciendo que éste año no va a haber cena, porque mis hermanos y hermanas se largan a las casas de sus suegros y al final de cuentas solo estamos mi papá, ella y yo, año con año es lo mismo, y año con año mi mamá hace la cena de navidad para toda la familia.

Por último, me dispongo a contar una pequeña anecdota de mi amiguito Nicho, corría por allá del año 1999, cuando en una posadita a la que habíamos sido invitados por la mujer del interés de mi amigo, a Nichito punta de pedo, se le ocurre decir: "para fiestas y posadas solo Laura y sus mamadas". Laura era la hermanita de su interés amoroso, así que el hermano de ambas, también alcoholizado, se alebresta y le sorraja tremendo puñetazo en el hociquito a mi amigo del alma, creándose tremenda reyerta en el lugar de los hechos. Su interés amoroso terminó llorando y odiando a Nicho para el resto de su vida.

Así que queridos lectores, no usen esa frase, ni siquiera para tratar de romper el hielo.

Mientras me preparo psicológicamente para tales sucesos.