marzo 27, 2007

El interés de Laura. (Descenlace)

En una reunión en casa de familiares de Laura, Teresa conoció a Ernesto y Juan, el primero hermano de Laura y el segundo un simple amigo.
Teresa compaginó muy bien con ellos y con Vilma, la hermana de Laura y esposa de Ernesto; seguido se juntaban en casa de Teresa, donde bebían cerveza hasta perder la conciencia; Laura había percibido en ellos, la facilidad con la que podía manipularlos, lo cual la mayoría de las veces, conseguía a base de suministrarles alcohol y drogas; tanto Ernesto como Juan eran bastante impulsivos e influenciables.
Al paso de los meses Laura empezó a desear más que nunca, el objeto más preciado de Teresa, después de haberse acostumbrado a la comodidad de ir y venir en el mismo, olvidándose del cansado transporte público; se imaginaba pasando por sus hijos a la escuela y trasladándose a cualquier lugar.

Un día le solicitó a Teresa que la enseñara a manejar, ésta enamorada, accedió de inmediato, pero sentía una inquietud cada vez que Laura, a bordo del carro, se perdía en sus pensamientos, le advirtió que tenía que poner atención en el volante.
En menos de una semana, Laura se sentía un as en la conducción del automotor; aquí se desató la primera pelea:
-Me prestas el carro?. Preguntó Laura a Teresa.
Teresa: -Sí... a dónde vamos?
Laura: -No, lo quiero para dar la vuelta yo...
Teresa: -Pero...tienes poco manejando, si quieres yo te llevo...
Laura: -No me lo quieres prestar?
Teresa: -Sí, claro, pero luego me quedo con el pendiente, mejor te acompaño...
Laura: -Ya te dije que no, por lo visto ni me quieres, ni me tienes confianza. Le gritó histéricamente y a punto del llanto.
Teresa: -No es eso, mira tómalo. Dándole las llaves.
Laura: -No, ya no quiero nada. Soltó saliendo de la casa de Teresa.
Al día siguiente, en el puesto de café, Laura estuvo pensando mucho en como conseguir ese carro, lo quería y por lo visto, Teresa no se lo soltaría nada más porque sí; recordó el tiempo que le dedicaba a darle mantenimiento, su rostro de satisfacción cada vez que le hacía una nueva mejora. Se dio cuenta, que Teresa tenía en alta estima ese objeto.
Así en sus pensamientos, llegaron al puesto Ernesto y Juan, platicaron un poco con ella, les dio dinero y, así surgió su plan.
Ese mismo día, al salir del trabajo, le expresó a Teresa que tenía que visitar a Vilma, la esposa de su hermano, ya que estaba embarazada y le había pedido le llevara algunas cosas; se despidió y partió hacia la vivienda.
Lo que Laura quería era ver a Ernesto y a Juan, dichosa su suerte, se encontraban sentados en la banqueta, los saludó y les facilitó más dinero para que continuaran su borrachera.
Al cabo de un par de horas, Laura supuso que era el momento adecuado, le dijo a Vilma que saldría a la tienda; se dirigió con el dúo y con tono instigador les dijo:
-Teresa anda hablando mal de ustedes...
-Qué dice esa?. Inquirió Ernesto, mientras Juan ponía más atención en beber de su cerveza.
-Que ustedes son un par de jotos, por eso siempre andan juntos. Contestó Laura.
-Pinche vieja...lo que ocupa es una calentadita con un verdadero hombre. Replicó Ernesto, mientras sentía en las entrañas como un golpe, el coraje que sintió por esa revelación.
-Qué vas a hacer?. Interrogó Laura.
-Ahora mismo voy a buscarla; decía Ernesto cada vez más ofuscado. Como una marota dice eso de mí!, pensó.
-Espérate; le exigió Laura, quieres desquitarte de ella?
-Sí...
-Presta atención entonces, a Teresa puedes darle donde más le duele, quitándole el carro...
-El carro?...
-Si, róbaselo! Te aseguro que le vas a dar en donde más le duele... Le dijo Laura, dibujando una sonrisita diabólica en su rostro.
Ernesto cegado por el coraje y excitado por la cantidad de alcohol le dice a Juan:
-Vamos compa, tenemos que arreglar algo. Juan no sabe lo que pasa, pero de solo ver a su compinche tan alterado, también se encabrona, no sabe por que, pero si sabe con quien: Teresa.
Teresa se disponía a comer unos tacos que había comprado no hacía más de diez minutos, cuando escucha que tocan como queriendo tumbar la puerta. Sale y ve a Ernesto y Juan. Ernesto embrutecido y sin pensar, le reclama lo dicho por Laura, Teresa al instante lo niega y le dice que vayan a buscar a Laura para aclarar todo. Ernesto le dice que está bien, pero que Laura anda en un rancho cerca de Allende.
Al ver el enojo de Ernesto, Teresa accede ir a buscarla a donde se encuentre, para lo que se montan en el Mustang, tratando Teresa de calmar a Ernesto, quien tomó el lugar detrás de ella, mientras Juan se subió de copiloto, en el camino, Ernesto le exige a Teresa que le dé dinero para comprar otra caguama; así lo hace y paran en un super.
Retoman el camino, según Ernesto guiando a Teresa por una brecha oscura, para el rancho donde se encontraba Laura, es un engaño, Laura sigue con Vilma en su domicilio.
Es entonces donde Ernesto pierde la perspectiva y retoma peor que antes su coraje, coraje aderezado con cerveza y marihuana y sin decir más, quiebra el envase de caguama en la nuca de Teresa; instintivamente Juan toma el control del volante al ver que Teresa pierde espacio, se detienen, pues el auto transitaba lentamente por un camino de terracería, continúan golpeándola, hasta ver que ya no se mueve.
Recuerda Ernesto que la venganza no estaría completa, si no se llevan el carro, pero ni él ni Juan, podían manejar, no sabían.
Los dos huyen caminando rumbo a la vivienda donde Vilma y Laura se encontraban; al llegar Vilma se alarma al verlos ensangrentados; Laura sorprendida lo primero que pregunta:
-Dónde está el carro?.
El carro estaba a escasos metros donde se encontró a Teresa muerta.
Laura, Ernesto, Juan e incluso Vilma, quien no tenía vela en el asunto, con todo y su embarazo, fueron encarcelados.
Y parece como si para Laura no hubiese pasado nada, aún en su celda, por las noches se sueña manejando un Ford Mustang modelo 80, color negro, con las canciones de los Humildes, sus favoritas, a todo volumen.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Aun en la desgracia, las canciones de los Humildes nunca dejaron de sonar (aunque se en la cabeza de una interna).

Buen desenlace mi periquilla.

Lorena dijo...

sucedió de verdad???, que impresión!!, la gente de verdad anda muy mal, si, puede suceder, por que no?
saludos

Anónimo dijo...

uhhh la verdad no esperaba ese tragico final para la buena e inocente de teresa en este tragico final..me dio mucha bronca y pena, me meti de verdad en la historia..joderr q estudpideces tiene aveces la gente ignorante o pobre de neuronas, pero bueno son enfermos..es lastima lo q siento por ella..
buen post peri..te leo siempre!

Anónimo dijo...

Buenisimo. Sabes cuanto me agrada el elemento tragico. Congratulations.

periquillo dijo...

Hola, gracias por comentar. La historia es real, solo algunas situaciones y obvio los nombres de los involucrados, fueron cambiados. A veces por un deseo rídiculo, como en el caso de Teresa, que solo quería el carro, se desatan tragedias enormes. Hace aproximadamente diez años que pasó lo que relato.
Saludos!

Nancy dijo...

Periquillo me ha gustado tu relato, pero da rabia que personas tan ignorantes vean la vida de la gente con tan poco respeto, cuantas historias se tejen de ese modo con gente que no tiene valores y lo único que desea es pasar un buen rato sin importar las consecuencias. Saludos!!